Cerca de un centenar de técnicos en educación y seguridad vial se reunieron la semana pasada en Oviedo.
Artículo original de Maite Cañamares
Auditorio Príncipe Felipe. Recogida de acreditaciones y entrega de documentación. Inauguración del Encuentro por parte de autoridades del Gobierno de Asturias y del Ayuntamiento de Oviedo. Participantes: alrededor de un centenar de técnicos en seguridad vial. El programa: “Educación Vial: ¿nos ponemos de acuerdo?”. ¿En qué?, pensaba yo en mi asiento: en el cuándo, en el dónde, en el cómo, en el por quién, demasiados interrogantes. De entre todas las autoridades, una dio voz a la pregunta para inmediatamente después darse a sí misma, de memoria y en apenas medio minuto, las respuestas. Respuestas institucionales, por supuesto, las que conocemos todos por ser mera transcripción de comunicados oficiales de responsables de tráfico y seguridad. Uff!! Instante de duda. Quizás no había sido tan buena idea ir a Oviedo y hubiera resultado suficiente con pedirle a Julio Magadán una nota de prensa posterior. Demasiado tarde. Terminan las presentaciones, el profesor Frances Esteban toma la palabra y…
…Se acabaron las exposiciones. No hay ponencias ni power-points. Nos tenemos que dividir en grupos –cada uno tiene el número del que le corresponde en su tarjeta de acreditación– y salir a la calle a hacer una encuesta sobre Educación Vial. En la carpeta de documentación están las plantillas, yo pensaba que eran para completarlas nosotros mismos al final del Encuentro. Nada queda al azar. Cada grupo tiene asignado un perfil de población al que encuestar. En plena calle solo puede entrevistar un grupo, el resto tienen que ir a un colegio de primaria, a un instituto de secundaria, a los Juzgados, a la Cámara de Comercio, a la redacción de La Nueva España, a taxistas… A nosotros, grupo 4, nos toca la Universidad.
Hay que estar de vuelta, no recuerdo exactamente, ¿en 45 minutos?, con las encuestas hechas. A continuación, el grupo trabajará en común, primero extrayendo los datos de la encuesta y, finalmente, plasmando los resultados en un mural. Todavía queda una segunda parte: el grupo se encuestará a sí mismo y tendrá que hacer un segundo mural con sus conclusiones. El paseo es una oportunidad de conocer a parte de los compañeros. Únicamente nos separamos para hacer las encuestas propiamente dichas, hay que reunir el mayor número posible. Después, volvemos al Auditorio. Al volcar los datos, comprobamos la percepción que tienen los jóvenes de los siniestros viales y su responsabilidad, de la educación vial y su finalidad, opinamos nosotros también como nos habían pedido y “atacamos” los dos murales. ¿En qué momento decido echarme al suelo como uno más a rellenar cartulinas rojas, verdes, amarillas…? Uno escribe, el otro pega… Tijeras, necesitamos unas tijeras y no tenemos. “Daros prisa que hay que hacer el segundo mural”… “A mí ya no me quedan cartulinas redondas”… “El pegamento, que alguien me pase el pegamento”… ¿Qué hora es? No sé, no hay tiempo de mirar el reloj. “Corre, que hay que llevar los murales a la sala de exposición”.
La imagen de la sala de exposición con las cuatro paredes repletas de murales, 16 en total, evoca larguísimos y cálidos pasillos del colegio: “El otoño” y los trabajos de 1ºA, 1ºB, 2ºA, 2ºB y así hasta sexto, repletos de hojitas secas y mensajes esquemáticos de la estación otoñal. Nosotros no hemos usado hojas, pero en nuestros proyectos hay globos, semáforos, caritas… Un portavoz por cada grupo va explicando los murales. Cuatro minutos por exposición, ocho grupos –¿de dónde sacan la imaginación para hacerlas tan amenas y emotivas?– y en apenas media hora vamos cayendo en la cuenta de que, en Oviedo, estudiantes, profesores, conductores, periodistas, barrenderos, taxistas y otros muchos colectivos están todos de acuerdo, que nosotros también estamos de acuerdo… Y a mí se me acaban las dudas, si para ese momento me quedaba alguna. ¿Nos ponemos de acuerdo en materia de Educación Vial? ¡Pero si ya lo hemos hecho!
Datos curiosos que aportó la encuesta realizada a los distintos grupos de población de Oviedo:
Respecto a las causas de los siniestros del tráfico, además de las tradicionales –falta de respecto a las normas, malos hábitos de conducción, etc–, los entrevistados destacaron aspectos psicológicos como las distracciones, la falta de percepción del riesgo y, sobre todo, el estrés.
Un buen número de encuestados proponía el endurecimiento de las multas y otro tipo de sanciones para prevenir los siniestros viales y cuando se les citaba “Educación Vial” eran más partidarios de la educación global en valores, haciendo muchas referencias concretas al respeto, la solidaridad, la convivencia y la comprensión.
También se preguntó de quién es el deber de educar vialmente: la familia, la escuela, los profesores de autoescuela, otros agentes… y la mayor parte coincidió en que la solución pasa por la implicación de todos, aunque haciendo especial hincapié en la formación continua de los conductores.
“Hay que impregnar a la sociedad de una visión de movilidad que implique a todos: familia, escuela, autoescuela, empresa, policía, así como a las instituciones públicas que deben ser el motor de este camino”, se dice textualmente en las conclusiones de este VIII Encuentro Astur-Cántabro de Educadores Viales. Me emocionó especialmente escuchar que hay que “EDUCAR DESDE LA TRIBU” porque como dice ese famoso proverbio africano: “Para educar a un niño hace falta una tribu entera”.
Todos estos técnicos, señores, son #SeguridadVial, yo soy #SeguridadVial y tú, sí tú, también eres #SeguridadVial… Señores, todos somos #EducaciónVial.