El accidente de tráfico, segunda causa de muerte en niños. La educación vial infantil pide su sitio en las aulas

El accidente de tráfico es la segunda causa de muerte infantil. Un dato así nos lleva a pensar que quizás tomarse en serio la idea de introducir la educación vial infantil en las aulas sea más que oportuno. Propuestas se han puesto sobre la mesa. Es cierto que cada vez son más los colegios que tienen en cuenta las bondades que esta formación en seguridad vial aporta a sus alumnos e incorporan la materia en sus programas educativos. Sin embargo, no son pocos los centros que o no lo contemplan o, si lo hacen, “se lo toman como una actividad extraescolar más, a la que se opta por hacer algo distinto”, explica Raquel Travieso, de Pequevial, centro especializado en llevar la educación vial a los colegios.

Educación Vial Infantil
Niños de Infantil, en uno de los talleres de seguridad vial de Pequevial

Antes era habitual que, a modo de talleres, fuera la Policía quien facilitara a los escolares ciertas nociones de seguridad vial. Y se sigue haciendo. Sin embargo, introducir esta materia en el programa educativo de la mano de expertos en pedagogía especializados en seguridad vial es una apuesta por asegurar que el mensaje llegue al receptor. “En nuestro caso, nos enfocamos en actividades más educativas, les enseñamos a través del juego, les hacemos participar en la actividad asumiendo roles. Y la experiencia es muy positiva”, anota Raquel, licenciada en Pedagogía.

Raquel lamenta que todavía haya muchos colegios que recurren a los programas que imparten centros como Pequevial, como alternativa a las excursiones, charlas o propuestas de siempre. “No le dan la importancia que tiene tanto para los niños como para la sociedad”, insiste. “Es que te das cuenta de que todavía hay mucho que se puede hacer”, añade. “Es fundamental que nos lo tomemos en serio. En nuestras clases nos hemos encontrado a niños que te cuentan cosas como: ‘Es que mi papá no se pone el cinturón’, ‘a mí no me ponen en la silla del coche’, ‘mi padre cuando ve a un policía me dice que me esconda…”. Y lo dice con la sorpresa de quien ya no se sorprende por este tipo de comentarios; pero que no deja de estremecerse con las cifras. “Según datos oficiales, en los últimos 10 años, más de 1.500 menores han perdido la vida en accidentes de tráfico”, así lo recogen en su página web www.pequevial.es.

La seguridad vial, también asunto de los padres

Que se pueda correr por la acera o que no sea importante ponerse el casco incluso en las motos de juguete son otros asuntos que preocupan a esta pedagoga. “Pero, claro, cuando son los padres los que no le dan valor, ¿qué puedes hacer para convencer a un pequeño de lo contrario?”, se pregunta. También por este motivo desde Pequevial ven que introducir la educación vial en las aulas ayuda ya no solo a concienciar a los chavales, también a los mayores.

“A los niños enseguida les llega el mensaje y luego son ellos los que le dan mucha caña a los padres. Si ya es tu hijo quien te regaña por no ponerte el cinturón, no te queda otra que decir, llevas razón”, sonríe. Y es que es clave que desde casa se trabaje la seguridad vial con coherencia. “A parte de enseñar con el ejemplo, hoy existen muchas herramientas con los que podemos trabajar. Hay cuentos, no muchos, pero hay; películas como la de Cars, o webs con recursos interesantes. La web de la Dirección General de Trafico (www.dgt.es) es una de ellas. (Encontrarás más ideas en La seguridad vial, un juguete).

A la seguridad vial se llega jugando

Enseñar a través del juego es un método atractivo y eficaz si trabajas con niños que van desde los 3 hasta los 12 años, como es el caso de Pequevial. “En los colegios, nosotros desarrollamos dos programas. Uno, dirigido a los escolares de Infantil y el otro, a los chavales de Primaria”, avanza Raquel. “Son clases de hora y media que dividimos en dos partes, una teórica y otra práctica”.

Educación vial en los colegios
Clase teórica de educación vial, en un centro de Primaria

En la parte teórica, “con la ayuda de una película explicamos conceptos básicos como el significado de algunas señales de tráfico, el semáforo, lo importante que es hacer caso a la policía…” Y conductas clave como que “en la acera no se juega o si se escapa la pelota a la carretera no se va detrás de ella”. Para la clase práctica, “en el gimnasio o en el aula de psicomotricidad del colegio montamos un circuito que simula ser una ‘miniciudad’. En esta parte hacemos dos talleres según el niño asuma el rol de peatón o el de motorista. Les ponemos en situación y aprenden de ello”. Con los alumnos de Primaria, las motos de juguete las sustituyen por bicis, se ahonda en otros conceptos y se practican situaciones tan comunes como reparar tu propia bici cuando pinchas, la importancia del casco o los elementos que tienes que llevar para ganar visibilidad cuando vas en bicicleta.

Suecia o Finlandia, un modelo en educación vial

Salvando las distancias, también en esto el norte de Europa puede ser un modelo a seguir. “En países como Suecia o Finlandia la educación vial es obligatoria. Hay colegios en los que incluso montan circuitos para ordenar el tránsito de los chavales en todo el centro. Unos semáforos les avisan de que si está en verde, pueden salir de sus aulas”. Así es que con el ejemplo que rescata Raquel está claro que allí los asuntos que conciernen a la seguridad vial se aprenden de manera muy natural, desde que son niños y casi sin darse cuenta.

“También es llamativo que en Finlandia se den varios exámenes, entre ellos de conducción extrema”, añade consciente de que allí la climatología es adversa y de que cada medida a adoptar tiene que ajustarse a las circunstancias de cada país. Sin embargo, se siente complacida por el hecho de que para los mayores de estos países sea inconcebible “ir sin cinturón de seguridad, cruzar el paso de cebra en rojo, más cuando hay un pequeño delante, o no llevar el casco en la bici”.

Del Necesita Mejorar al Sobresaliente

¿Cuántas sesiones de educación vial serían convenientes impartir en los colegios? La recomendación de Raquel es que en Infantil tuvieran contacto con la educación vial durante los tres cursos; mientras que en Primaria cree que “se podría saltar más, en años alternos o incorporándolo a otras materias”. Aún así, valora que, al menos tal y como lo plantean desde Pequevial, lo que los niños aprenden es mucho más. “Al final les estás enseñando cosas importantes para su seguridad, pero también conductas de convivencia, de comportamiento y de respeto por los demás y el medioambiente –también les introducen en el reciclaje con sus talleres- de las que nos beneficiamos todos”.

Pequevial está integrado por profesionales en pedagogía, técnicos de educación vial en los cursos de expertos que imparte la UNED y monitores de tiempo libre especializados en esta materia.

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