La formación del colectivo de motoristas, será uno de los temas que el próximo 2 de junio se tratarán en la Jornada «Xenasegur: Comprometidos con la mediación y el sector de las motos» y en la que TYT realizará una de las ponencias.
La fotografía tradicional de las calles de cualquier ciudad con coches circulando por ellas casi de forma exclusiva, ha pasado hoy en día a una imagen más “multicultural”, donde los coches conviven con peatones, microcoches, bicicletas, motos…etc. En definitiva, una nueva forma de convivir, que conlleva, como no puede ser de otra manera, una forma de actuar en la que la prioridad es la de mejorar la convivencia en nuestras ciudades.
El conjunto de las motocicletas son uno de los grupos que más ha crecido en los últimos años, si analizamos la evolución del parque en España, desde el año 2009 al 2014, el parque de motocicletas ha aumentado un más de un 14%, mientras que el de turismos prácticamente se ha mantenido estable.
Por otra parte, debido a diversas circunstancias, tanto económicas, legales, como relacionadas con la mejora de la movilidad, los conductores se han ido incorporando de forma progresiva a la conducción de motocicletas, y en los últimos años, más de 100.000 conductores adquieren alguno de los diferentes permisos para conducir vehículos de dos ruedas.
Estos datos, por desgracia, también llevan aparejados datos en el incremento de accidentes. Mientras que el porcentaje de fallecidos y heridos graves en accidentes sufridos por turismos es del 8%, en lo que respecta a motocicletas, esta cifra aumenta al 22%. Accidentes que se concentran según datos de UNESPA en la población más joven, algo más de la mitad de los lesionados grave o muy grave está situado en el grupo de edad entre 18 y 35 años, y la media de edad de los lesionados graves desciende un 16% en los accidentes en fin de semana.
Las cifras de accidentes de tráfico y la concentración en ciertas edades, o incluso en ciertas etapas de antigüedad del permiso, nos invitan a reflexionar acerca de que se puede hacer, como y donde se debe actuar. Además hay un aspecto muy importante a la hora de afrontar el problema de los accidentes de motos, y es el de analizar en profundidad el grupo de los conductores de otros vehículos como coches, camiones o furgonetas, que en muchos casos no están habituados a convivir con las motos, y algunos malos hábitos ponen en peligro a motoristas y ciclistas (giros principalmente). Algunos estudios señalan que los conductores de moto son culpables solamente en el 25% de los accidentes en los que se ven implicados con otros vehículos.
Por otra parte, cuando analizamos las etapas de la seguridad vial, hablamos de un nivel activo, seguido de un pasivo, las consecuencias y la reinserción. Bajo esta perspectiva nos damos cuenta de que cuando hablamos de motocicletas, el nivel en el que se tiene más margen de actuación es el nivel activo, en ese nivel se puede evitar el accidente de tráfico, una vez ocurrido, la seguridad pasiva (siendo el propio conductor parte de ella), por las circunstancias físicas de las motos, está más que limitada, y el grado de lesiones y tratamiento de las mismas, son consecuentemente mas graves.
Por lo tanto, partiendo de que las características y condiciones de las vías y de los vehículos son las que son, y de la importancia que tiene el factor humano en la prevención de accidentes, cuando hablamos del nivel activo, principalmente hablamos de formación y concienciación. Llegados a este punto habría que hablar de la evolución formativa a la que debe estar sometido un conductor, que pasaría de una formación inicial más, basada en contenidos y aptitudes, lo cual evidentemente es básico en un inicio, para pasar a otra formación que se asiente en las actitudes para promover hábitos y conductas que den lugar a decisiones correctas y seguras.
Esta formación continua, o de “formación evolutiva” es decir, la que se adapta en cada momento a las circunstancias y etapas de aprendizaje de un conductor en este caso. No tiene sentido (o no debería tenerlo) enseñar las señales de tráfico a un conductor con 10 años de antigüedad en su permiso, como tampoco tendría sentido, enseñar a un conductor novel que está obteniendo un permiso a realizar maniobras evasivas de riesgo.
Es decir, el aprendizaje por etapas, no solo en función de nuestras capacidades y conocimientos, sino también de nuestra experiencia, es fundamental, para ellos es muy importante, en primer lugar el interés del conductor, y por otra parte dotarle de los medios necesarios para poder llevar a cabo esa formación, desde cursos de especialización, cursos experienciales o formación adaptada “on line” entre otros.