¿Es conveniente utilizar lunas tintadas? ¿Qué ventajas tiene oscurecer los cristales del coche con lunas laminadas? ¿Se puede utilizar un parabrisas laminado? ¿Qué dice la normativa de circulación al respecto? Volver a encontrarnos con una imagen que ya fue noticia en 2012, por espectacular, nos ha hecho replantearnos estas preguntas.

La fotografía, que fue publicada por diversos medios de comunicación, ya entonces ponía sobre la mesa el asunto las lunas tintadas. O lunas laminadas, si queremos ser más precisos, puesto que todas las lunas son tintadas de serie y, laminadas, cuando incorporamos a nuestro vehículo unas láminas más oscuras y protectoras.
En aquella imagen, que volvemos a mostrar en el blog de Tráfico y Tránsito, se podían comprobar los estragos que el sol había causado en un camionero tras llevar casi tres décadas al volante. La mitad de su rostro, la más expuesta a los rayos del sol que entraban por la ventanilla del conductor, aparentaba pertenecer a un hombre de mucha más edad que la otra mitad de su cara.
The New England Journal of Medicine fue la primera revista que publicó aquel caso para crear conciencia acerca de la importancia de protegernos de los rayos ultravioleta, incluso, cuando vamos montados en nuestro coche. ¿Y cómo protegernos? Los cristales laminados son un buen recurso, siempre y cuando sean láminas solares homologadas. Eso sí, la normativa no es permisiva por completo. Así, el uso de este tipo de ‘lunas tintadas’ está prohibido en el parabrisas, las ventanillas del copiloto y el conductor y aquellos cristales y en 180o alrededor del capo de visión del conductor. Además, se podrá circular con láminas adhesivas o cortinillas contra el sol en el resto de ventanillas cuando el vehículo lleve dos espejos retrovisores exteriores provistos de los requerimientos técnicos exigidos.
Aún con estas restricciones, conviene seguir ahondando, porque hay ventajas y también excepciones acerca del uso de lunas laminadas reconocidas por la normativa.
Ventajas de las lunas laminadas
Además de reducir los efectos adversos de los rayos UVA, las lunas laminadas en los vehículos, la DGT reconoce que este tipo de láminas reducen los deslumbramientos cuando llevamos coches detrás con las luces de carretera o las luces largas, reducen la fatiga ocular provocada por el sol y mantienen una temperatura del vehículo más confortable en días de mucho calor.
Necesitaremos usar menos aire acondicionado, reduciremos entonces el consumo siendo más respetuosos con el medio ambiente y, al tiempo, nuestras capacidades al volante se verán favorecidas por esta mejor temperatura en el habitáculo. Eso sin contar, además, que el sol no solo nos deteriora a nosotros, también al interior del propio vehículo.
Asimismo, este tipo de cristales laminados aportan una protección extra frente a las roturas por lo que resultan más seguros durante la conducción.
Requisitos técnicos para las lunas laminadas
Aunque ya no es obligatorio pasar por una cita extraordinaria con la Inspección Técnica de Vehículos, si hemos incorporado ‘lunas tintadas’ a nuestro vehículo, para poder pasar sin problemas la ITV hay dos exigencias que debemos cumplir:
- Contar con el certificado de homologación expedido por el fabricante de las láminas y completado por el taller que ha realizado la instalación.
- Disponer en cada cristal del sellado correcto.
Por último, tampoco hay que pasar por alto la advertencia que recoge la ESTT (Escala Superior de Técnicos de Tráfico) en materia de Movilidad Segura. “El uso de lunas y cristales tintados o con láminas solares, supone un mayor riesgo para la conducción especialmente de noche, por cuanto que el conductor debe acomodar su visión a esa circunstancia”. Suponemos que esta es la razón principal que motiva a prohibir su uso en el parabrisas y los cristales del conductor y el copiloto y sancionar con multa, no retirada de puntos, el incumplir esta prohibición.
Sin embargo, parece que la normativa (se podría mostrar flexible en algunos casos, al señalar que cabría la posibilidad de ‘tintar’ las lunas laterales en el caso de los vehículos pertenecientes a los Cuerpos de Seguridad del Estado y cuando se acredite que se padecen ciertas enfermedades como ser fotosensibles, para las que se podría prescribir su uso. Para poder ser instaladas se debería contar con la autorización de Tráfico.
El caso de la fotografía que aportábamos al inicio de este artículo nos hace plantearnos que si sería oportuno revisar esta normativa con respecto a los conductores profesionales (camioneros, taxistas, repartidores…) que pasan horas al volante como medida de prevención de riesgos laborales ante una exposición al sol excesiva.
Algunas marcas fabricantes de lunas y laminados ya ofertan cristales de seguridad que dicen proteger de los rayos ultravioletas sin restar visibilidad y garantizando su transparencia. Iremos viendo…