Me entra una llamada por teléfono mientras conduzco, pero tranquilo ¡No pasa nada!, me pongo en el carril más seguro – aquí ya va la imaginación de cada uno- aminoro la velocidad, y ya está solucionado, ¿estás seguro?
Un estudio de Universidad de Tecnología de Queensland, advierte que los conductores que disminuyen la velocidad al utilizar teléfonos móviles provocan un considerable número de conflictos en carretera.
El uso de teléfonos móviles durante la conducción sigue siendo un problema importante. Conducir distraído con el móvil modifica potencialmente la velocidad de conducción, lo que provoca conflictos con otros usuarios de la carretera y, en consecuencia, aumenta el riesgo de accidente.
Oscar Oviedo-Trespalacios, del Centro de Investigación de Accidentes y Seguridad Vial de Queensland (CARRS-Q), ha sido uno de los investigadores que han liderado el estudio recientemente presentado. «Los conductores frustrados por seguir vehículos lentos, conscientes de que estos conductores han reducido la velocidad para seguir hablando por el móvil pueden realizar maniobras agresivas de adelantamiento, aumentando el riesgo de accidente para otros usuarios de la carretera«, afirmó.
Los resultados del estudio “Los efectos de la infraestructura vial y la complejidad del tráfico en el comportamiento de adaptación a la velocidad de conductores distraídos” han sido publicados en la revista de seguridad vial Accident Analysis and Prevention.
Según el estudio, cuando se dan estas circunstancias los conductores reducen su velocidad en una media de 5 km/h cuando circulan detrás de otro vehículo y 3 km/h cuando se encuentran solos en la carretera.
Las consecuencias negativas que esto tiene en otros usuarios de la carretera incluyen un mayor riesgo sufrir alcances derivados de esta “parada repentina”, la percepción por el resto de conductores como un comportamiento descortés o agresivo, así como una posible congestión repentina de la vía.
El objetivo del estudio ha sido investigar la adaptación de la velocidad de los conductores distraídos bajo diferentes condiciones de infraestructura vial y complejidad del tráfico. Para ello se ha utilizado el simulador de conducción avanzado CARRS-Q con el que se ha probado a diferentes participantes en una carretera simulada con diferentes condiciones de tráfico, tales como conducción con mayor o menor tráfico, en vías rectas o áreas urbanas con distintas características del tráfico, etc.
El estudio se ha realizado con 32 conductores, bajo tres condiciones, sin usar el móvil, con un “manos libres” y con un dispositivo normal. Algunos de estos conductores cuando circulaban por entornos complejos como por ejemplo en las ciudades, tendían a seguir literalmente al coche que tenían delante, olvidándose en algún caso de la trayectoria que debían seguir en el ejercicio.
¿Vale la pena sacrificar la seguridad y la cortesía sólo para tener una conversación? Considerando que es muy difícil detener a los conductores en el uso del móvil, ¿hay alguna forma de hacerlo seguro?
El estudio deja abierta algunas líneas para una posible investigación, por una parte cambiar el diseño de los teléfonos móviles para que estos detecten el contexto y sólo funcionen cuando sea seguro hacerlo y avanzar en la tecnología y el desarrollo de sistemas de alerta que avisan a los conductores cuando están distraídos, o les aconsejen cuando es seguro usar el manos libres del teléfono.