Una de las lecciones más importantes a la hora de aprender a conducir es la de aparcar el coche en reversa y en espacios pequeños, sobre todo porque en las grandes ciudades los puestos en los que es posible dejar tu coche son bastante juntos y si eres el último de la fila en aparcar seguramente te tocará deslizarte con cuidado entre dos coches o entre un coche y un bote de basura.
¿Dónde aparcar y cómo hacerlo sin causar daños?
El lugar pocas veces va a depender de ti, pero sí es importante que solo lo dejes en zonas señaladas para aparcar, o de lo contrario podrías recibir la desagradable visita de la grúa con la respectiva multa que conlleva dejar tu coche en un lugar que no está autorizado. Si de lo contrario necesitas un aparcamiento a largo plazo, puedes probar con rentar el espacio en un edificio que tenga aparcamiento si el tuyo no tiene, pues los que están disponibles en la calle no te salen a cuenta.
Una vez dejado esto claro, veamos cómo aparcar en espacios pequeños como los aparcamientos de los centros comerciales, aeropuertos, estadios o terminales de buses. Lo primero es conducir un poco más adelante del espacio que tienes visto para tu coche. No olvides encender la luz de giro para avisar a los que vienen detrás que vas a estacionar y evitar accidentes. También asegúrate por los espejos retrovisores de que no tienes peatones detrás antes de empezar a retroceder.
Es importante que solo aparques en puestos que tienes a tu derecha y evites aparcar en lugares que quedan cruzando la calle. Primero porque va a costar mucho más hacerlo en el primer intento, causando atascos e incluso alguna llamada de atención de algún oficial de policía, y segundo porque puedes causar accidentes. Dicho esto y una vez con el coche en reversa, suelta el freno y presiona el acelerador cuidadosamente, de manera que te dé tiempo de maniobrar si algo se atraviesa en tu camino.
Una vez el coche entre en el espacio que tenías previsto, asegúrate de que haya quedado correctamente aparcado, ni muy cerca ni muy lejos de los coches que tienes a los lados o en frente, y de que los neumáticos no estén pisando las líneas que delimitan el aparcamiento. Si ves que no es así mueve el coche para delante e intenta acomodarlo.
Si no logras a la primera o te cuesta perfeccionar los métodos para aparcar en reversa en espacios pequeños, no te preocupes: no eres el primero y seguramente no será el primero al que se le dificulte. Una prueba de ello son los mecanismos que han desarrollado los fabricantes de coches para facilitar el proceso, como los sonidos y las luces que te avisan cuando tienes algo muy cerca de la parte trasera de tu coche o el parqueo activo desarrollado por Ford en el 2016, que a través de un sistema de sensores toma el control del volante y estaciona el auto en el espacio que tengas disponible. Aunque lo ideal es aprender por tus propios medios, un coche con estas aplicaciones puede servirte de mucha ayuda y evitarte el estrés que implica aparcar tu coche en espacios reducidos.
Foto. Pixabay