
Las miras de los gobiernos –estatal, autonómicos o locales– hace tiempo que van enfocadas a conseguir ciudades sostenibles, ecológicas, verdes y comprometidas con el medio ambiente. Practicar consumo responsable, potenciar el reciclaje y reducir los niveles de contaminación en el aire son algunas de las campañas más sonadas de los últimos tiempos.
Por eso, ciudades como la capital de España se han puesto a la cabeza con planes que revolucionarán la manera de transitar por las calles. Se acabaron las avenidas de hasta cuatro carriles en cada dirección, adiós a la polución de los vehículos a motor y hola a las bicicletas, un medio de transporte saludable que lucha contra la polución.
La ‘boina’ de Madrid podría reducirse considerablemente si las medidas que ha previsto el Ayuntamiento de Manuela Carmena se llevan a la práctica durante este 2018. Restarle carriles a avenidas emblemáticas como Alcalá o Gran Vía para ensanchar aceras o crear una sólida red de carriles bici parece una utopía difícil de cumplirse en el año que apenas acabamos de empezar.
Sin embargo, el propósito parece firme y ya se ha diseñado un plan para llevarlo a cabo algunos itinerarios que harían transitable el centro de Madrid en bici. Un diseño de ciudad que bien recuerda a las más aventajadas, como Amsterdam. Aunque no hay que irse tan lejos para encontrar ejemplos más avanzados, basta con mirar hacia Sevilla o Barcelona, para ver la desventaja en la que se encuentran los ciclistas madrileños.
Otras medidas que verán la luz durante este 2018, con respecto a la movilidad, será la del Área de Prioridad Residencial del distrito de Centro, con lo que el Ayuntamiento madrileño espera reducir hasta el 20% el tráfico de la almendra central; así como la ampliación de estaciones donde alquilar bicis públicas.