
«Ponte el cinturón, protegete tu vida, tu seguridad es muy importante», así era la letra de una pegadiza canción que se hizo famosa hace unos años. La cantaba una concursante de un talent show de la televisión y dio la vuelta a España por lo absurda que sonaba, con ese ritmo tan infantil, pero, al final, todos nos la aprendimos. Y, por ridícula que pudiera resultar -incluyendo su coreografía-, el mensaje no desmerece y debería habernos calado más hondo.
Al año mueren miles de personas en todo el mundo por la falta del uso de un dispositivo que debería ser tan obligatorio a bordo del coche como el hecho de respirar. La seguridad es siempre lo primero, aunque no siempre sea una regla de la que estemos concienciados. Por eso, campañas como la que esta semana ha anunciado la Unidad de Tráfico de la Policía Local para controlar el uso del cinturón en los vehículos pueden ser reiterativas pero, a la vez, son también muy necesarias.
Esta semana ha comenzado ya la vigilancia sobre los pasajeros a los que se les insistirá sobre la importancia de afianzar su propia seguridad y la del resto de pasajeros del coche, haciendo especial hincapié en los sistemas de retención infantil (SRI), ya que los niños son los más vulnerables al depender de los cuidados de los adultos.
Una campaña, apoyada por la Dirección General de Tráfico, que tiene el fin de reducir a la mitad el riesgo de muerte en los accidentes de coche. Entre otras medidas que se implantarán destacan los mensajes de los paneles instalados en las carreteras y los que se anunciarán por radio y redes sociales.
Según los datos que se manejan, el uso de sillitas homologadas reduciría hasta un 75% las lesiones en caso de siniestro. Por otro lado, en 2016 fallecieron 154 personas en las carreteras españolas por no usar el cinturón de seguridad. Y si hablamos de cifras totales podrían evitarse hasta 7.000 muertes cada año en la Unión Europea, un dato que deberíamos aprendernos igual de bien que la canción de «ponte el cinturón» y, sobre todo, llevarlo a cabo.